martes, 26 de diciembre de 2017


El que fascismo y comunismo hayan podido ser considerados como opuestos, se explica principalmente por la conducta desdichada de los llamados estados democráticos, que en su lucha defensiva contra la ola del fascismo se apropiaron cada vez más de sus metodos y son arrastrados inevitablemente por la corriente de las tendencias fascistas. Se repite aquí, en más amplia escala, la situación que hizo posible la victoria de Hitler en Alemania. En sus esfuerzos para oponerse al mal mayor por uno menor, los partidos republicanos de Alemania restringieron los derechos y privilegios constitucionales y al final dejaron muy poco en pie del llamado Estado constitucional. En realidad, el gobierno de Brüning, que tuvo todo el apoyo del partido socialdemócrata, gobernó enteramente por decreto y eliminó las corporaciones legislativas. Así se desvaneció gradualmente el antagonismo entre dmocracia y fascismo, hasta que luego apareción Hitler como el alegre heredero de la República alemana.
Rudolf Rocker

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